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The International Union of Socialist Youth -IUSY- strongly condemns the zero tolerance immigration policy being implemented by the Donald Trump’s government in the United States border.
Since two months ago, the Department of Justice has considered that people who try to enter the US territory in an irregular manner commit a crime for which they must be put on trial. This completely breaks with migration as a human right, ratifying the racist and xenophobic vision of Donald Trump against Mexican and Central American citizens.
Due to the above, the parents who are detained by the border police lose custody of their children when they are considered abandoned, going into the care of the Department of Health and Social Services, being sent to the home of a relative, a foster home or shelters, at a time not defined.
In images published in the media after the visit of US congressmen, it was possible to know the situation of these shelters in the complex of Úrsula and Casa Padre, both warehouses located in Texas. They are separated from their migrants parents about two thousand children and adolescents, in conditions that violate their rights and dignities completely by staying in cages, under permanent light and with deficient care, reminding us of the situation to those unfortunate moments that as humanity shame us.
We demand that the rights of the child be respected in these deportation proceedings. Every moment in which the children are separated from their parents is an inconceivable damage!
We request that the United States government stop violating the human rights of migrants. Looking for a better future is not a crime!
-ES
La Unión Internacional de Juventudes Socialistas –IUSY, por sus siglas en inglés– condena enérgicamente la política migratoria de tolerancia cero que está ejecutando el gobierno de Donald Trump en la frontera sur de Estados Unidos.
Desde hace dos meses, el Departamento de Justicia ha considerado que las personas que intentan ingresar a territorio estadounidense en forma irregular cometen un delito por el que deben ser juzgados. Esto rompe totalmente con la migración como derecho humano, ratificando la visión racista y xenófoba de Donald Trump en contra de ciudadanos mexicanos y centroamericanos.
Debido a lo anterior, los padres y madres que son detenidos por la policía fronteriza pierden la custodia de sus hijos e hijas al ser considerados como abandonados, pasando al cuidado del Departamento de Salud y Servicios Sociales, siendo enviados a casa de un familiar, un hogar de acogida o refugios, en un tiempo no definido.
En imágenes publicadas en los medios luego de la visita de congresistas estadounidenses, se pudo conocer la situación de estos refugios en el complejo Úrsula y Casa Padre, ambos almacenes ubicados en Texas. En ellos están separados de sus padres migrantes cerca de dos mil niños, niñas y adolescentes, en condiciones que violan totalmente sus derechos y dignidades al permanecer en enjaulados, bajo luz permanente y con deficiente cuidado, recordándonos la situación a aquellos lamentables momentos que como humanidad nos avergüenzan.
Exigimos que los derechos del niño sean respetados en estos procesos de deportación. ¡Cada momento en que los hijos se encuentran separados de sus padres es un daño inconcebible!
Solicitamos que el gobierno de Estados Unidos deje de violar los derechos humanos de los migrantes. ¡Buscar un mejor futuro no es un crimen!