El Comité Americano de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas –IUSY, por sus siglas en inglés– se reunió entre los días 11 y 14 de noviembre en la ciudad de Asunción, Paraguay, con el objetivo de reflexionar en torno a la situación actual que vivimos en la región, sobre el estado de nuestras democracias y la imperiosa necesidad de construir una agenda feminista desde la izquierda para toda América. Centramos nuestros esfuerzos en la construcción de estrategias, alternativas y programas políticos que den respuesta a las demandas sociales y necesidades de nuestros pueblos.
En un contexto global en que se profundiza el capitalismo en formas cada vez más sofisticadas, vemos en América el avance de gobiernos ultraconservadores, que aplican políticas económicas que generan cada vez más desigualdad en nuestros países. Esta desigualdad favorece a una minoría concentradora de la riqueza global, en desmedro de los sectores medios y populares, que son la mayoría de nuestros países. La desigualdad ha venido acompañada por el incremento de la violencia, la intolerancia, la militarización de nuestros países, y un fuerte retroceso en los derechos y libertades conquistadas en los últimos años.
Estos gobiernos han constituido alianzas estratégicas con los sectores empresariales y confesionales del continente, se han legitimado mediante el manejo de los medios hegemónicos de comunicación y con la judicialización de la política como práctica habitual. Vemos también cómo se profundizan los discursos de ultraderecha que promueven posiciones misóginas, xenófobas, racistas, belicistas y contrarias a la realidad del cambio climático, que encuentran sus máximos exponentes en figuras como Donald Trump y Jair Bolsonaro.
Como jóvenes socialistas, socialdemócratas y laboristas estamos llamades a profundizar nuestros debates, a reflexionar críticamente y movilizarnos en defensa de la democracia, de los derechos humanos y de los sectores postergados del desarrollo. Estamos siendo emplazades a actualizar nuestros programas, nuestros discursos y nuestras organizaciones, en miras a consolidar una izquierda auténticamente democrática en todos nuestros territorios.
Vemos con mucha inquietud la situación de Brasil, que representa en su máxima expresión el avance de las fuerzas de ultraderecha y neoliberales. El discurso de odio sembrado por Bolsonaro ha calado hondo en una parte importante de la población brasileña. El desprecio por les pobres, las mujeres, les afrodescendientes, los pueblos indígenas, la comunidad LGTBIQ+, entre otres, no hace más que reforzar todes nuestros temores. Lo que en un momento fue un conjunto de amenazas, hoy se hace realidad. El Ejército a la calle, la violencia, los ataques al diferente y al vulnerable, la falta de respeto a las instituciones y el desdén por la democracia se hacen cada vez más moneda corriente. El límite de lo posible se corre más y más hacia el fascismo, lo que nos llama apoyar a nuestros compañeres brasileñes.
En Argentina, manifestamos nuestra preocupación con el gobierno de Mauricio Macri, quien ha demostrado que no poder solucionar ninguno de los problemas que recibió de la gestión anterior y agravó la mayor parte de ellos. El abrupto salto cambiario de 30% en cinco meses y la inflación que se acelera degradan el poder adquisitivo de les argentines y las expectativas de crecimiento. El brutal endeudamiento y la hipoteca no sólo de los activos del presente, sino primordialmente del futuro, siguiendo expresamente las imposiciones del Fondo Monetario Internacional, constituyen un evidente desmedro de la soberanía nacional. A todo esto, se suma el lento avance en torno al fortalecimiento institucional, la crisis del Poder Judicial, el financiamiento de la política y la transparencia. A 3 años de que Cambiemos llegara al gobierno, ha aumentado significativamente la desigualdad, millones son excluidos y la crisis social aumenta, debido a la falta de políticas que garanticen derechos y al recorte presupuestario en áreas como educación, salud, ciencia y tecnología.
En Nicaragua y Honduras, la represión que los gobiernos de Daniel Ortega y Juan Orlando Hernández han ejercido contra las protestas populares merece nuestra más profunda condena. Dichas represiones han dejado a más de 700 compañeres latinoamericanos asesinados, más de tres mil heridos, más de 50,000 exiliados, más de 800 personas encarceladas ilegalmente, afectando principalmente a jóvenes y mujeres. IUSY demanda el pleno respeto a los derechos humanos de las y los nicaragüenses y hondureñes, la libertad a les preses ilegalmente encarcelados y cumplimiento de las recomendaciones de la CIDH y la Oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos.
En Chile, estamos presenciando un retorno de la derecha al poder de la mano de Sebastián Piñera, proceso que tiene a nuestras organizaciones locales impulsando redes de vinculación como oposición activa. En esa dirección, la centroizquierda joven ha estado presente en las luchas contra la precarización del empleo juvenil, la criminalización de la protesta social y las luchas feministas que no han encontrado aún una interlocución válida. En paralelo, nuestras juventudes han iniciado un proceso para constituir una alternativa política progresista, que interprete los cambios que se han generado en una sociedad post transición democrática, algo que celebramos como parte de la unidad de las fuerzas. A su vez, aplaudimos la relevancia internacional de la ex Presidenta, Compañera Michelle Bachelet, hoy Alta Comisionada de Naciones Unidas para los DDHH, que en ese rol seguirá en la defensa de los derechos fundamentales en el continente.
En Ecuador, expresamos nuestro contundente rechazo ante la eliminación del Ministerio de Justicia, creado en base a compromisos asumidos para con la comunidad internacional, como ente responsable de la aceptación de la ley para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. Exhortamos al gobierno ecuatoriano a tomar medidas urgentes y eficaces a favor de las mujeres y la población LGBTIQ+.
En Venezuela vive hoy una crisis humanitaria de lamentables consecuencias para la población. Reiteramos nuestra profunda preocupación por la situación política, económica y social del país, en la que no vemos mejora. Deseamos que se promueva un diálogo plural entre los distintos actores políticos del país, buscando soluciones concretas donde se garantice la supervivencia de la democracia, el respeto a las instituciones y la convivencia política. Respaldamos las acciones que promueven la vía electoral como derecho fundamental y necesario para lograr cambios positivos significativos, confiando en la capacidad unificadora de los sectores progresistas por el camino democrático y bajo los valores de la solidaridad y la pluralidad.
El gobierno del Frente Amplio en el Uruguay, por su parte, sigue avanzando en derechos para la población y cambios estructurales. Estamos segures que enfrentarán el próximo proceso electoral, en la unidad en la acción que siempre ha caracterizado al FA. Esto resulta fundamental para resistir al avance de la ultraderecha en la región.
Finalmente, en México se vive un momento de cambio, ya que el próximo 1° de diciembre entrará en funciones el nuevo gobierno de López Obrador. Desde este espacio esperamos que se pueda hacer cargo de temas que se arrastran desde hace décadas y que afectan gravemente a las y los jóvenes, tales como la violencia, el narcotráfico y la corrupción, y que sus decisiones se basen en los principios de izquierda, y sean apegadas a derecho. La voluntad de las y los mexicanos se manifestó de manera contundente, sin embargo; esto no significa que sea un cheque en blanco para el gobierno entrante.
El Comité Americano extiende el agradecimiento a la organización anfitriona Juventud País Solidario por las actividades realizadas.
¡Si a la Paz!
¡Ni una menos!
¡Vamos a tirar al patriarcado!
¡En todo el mundo para cambiarlo!
Comité Americano de IUSY 18´
Asunción, Paraguay
13 de noviembre de 2018